David A. Badillo.
La serie final de la liga mexicana de beisbol ha resultado contra todo pronóstico cargada del lado de los Tigres.
El equipo de Quintana Roo, aprovechó a las mil maravillas tener los dos primeros partidos de la final en su parque.
El juego uno lo ganaron los de bengala por pizarra de 8 a 2. El estelar del pitcheo de los Diablos; Roberto “Metralleta” Ramírez no aguantó ni dos entradas completas.
En descargo de él, podemos decir que la defensiva jugada por el equipo capitalino fue en verdad paupérrima. Tres errores cometió Diablos apenas en la primera entrada, así es difícil aspirar al triunfo en un partido de serie final.
Para el segundo juego de la serie, los dos eternos rivales de la liga se enfrascaron en un tremendo duelo de pitcheo.
La tónica del juego fue la misma, falta de bateo oportuno y por consiguiente muchos ceros colgados por el pitcheo de ambos cuadros. Solamente un incipiente ataque de los Tigres en la segunda entrada permitió que se decantara para los de la península el partido y en buena medida la serie.
El juego terminó 1 a 0 en favor de los felinos. Lo de mayor encomio por parte del equipo que comanda Matías Carrillo fue sin duda el maniatar de esa forma a la poderosa ofensiva escarlata.
Ahora la serie se traslada a la capital de la república para jugarse allí los partidos tres, cuatro y cinco, de ser necesario.
Para Diablos la meta es ganar al menos dos partidos en su casa para forzar el retorno a Quintana Roo.
Por su parte los Tigres parecen que tienen la mesa puesta para ganar su décimo título en la historia de la liga mexicana. De conseguirlo en el Foro Sol, lo harían exactamente en el parque donde vencieron por última ocasión en una serie final a su odiado rival.
Sería como un pequeño regalo de consolación para sus aficionados en la capital.
De hecho los boletos están agotados y de haber juego el día viernes, sería insuficiente el cupo del estadio.
Muchos de los aficionados que acudirán al Foro son partidarios de los Tigres y para ellos que han sido tan mancillados en la última década no habría mejor forma de resarcir todo el veneno, que derrotando al México Rojo.
Desde luego que la gran mayoría de los concurrentes se pintarán de rojo. Lo importante es que a la gran final del beisbol mexicano le resta mucho.
Los partidos que se jugarán en la ciudad de México nos recordarán que esta fue algún día la rivalidad más intensa del deporte profesional en México.
A los Diablos no se les puede dar por muertos aún, su gran historia avala la esperanza que tienen sus fanáticos.
Lo mejor está por venir y la próxima semana estaremos dedicándole todo el espacio al nuevo campeón del beisbol mexicano.
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