ANTONIO ABASCAL. Días especiales, días de gloria, días de dramatismo, días de conocer historias de superación de los mejores atletas a nivel mundial (el verdadero significado de participar en juegos olímpicos). Un fin de semana brillante que inició con una gran ceremonia inaugural, una que marcará un parteaguas por aprovechar como escenografía una ciudad que respira belleza e historia, una que se dio el lujo de mandar varios mensajes de inclusión y de reconocimiento a las mujeres (incluyendo a Alice Milliat de quien escribimos el viernes en este mismo espacio), que sorprendió con un reconocimiento a grandes atletas entre ellos al máximo ganador de Roland Garros, Rafael Nadal, y que innecesariamente creó polémica con la equivocación del número de la “última Cena” basada en la obra de Leonardo Da Vinci, pero que incomodó a católicos y cristianos, por lo que el director de la ceremonia, Thomas Jolly negó cualquier tipo de relación: “¿La última cena? No fue mi inspiración. La ide...