Por:
David Alberto Badillo.
La fiesta de los
toros vive en México un momento muy interesante. Las figuras mexicanas son
capaces de llenar los principales cosos mexicanos sin la necesidad de compañía
de españoles en los carteles.
Son pocos los toreros
españoles que logran influir con su presencia o con su arte actualmente con una
preponderancia mayor a la que tienen los nacidos en México en el mundo taurino
de nuestro país. Tanto en el público como en los toreros mexicanos.
Evidentemente las
figuras de los grandes maestros españoles, como Julián López “El Juli” o el
gran rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, resultan insoslayables al
momento de confeccionar una temporada taurina importante.
La temporada pasada
en la Plaza México no se presentaron ni Enrique Ponce, ni José Tomás. Dos
maestros indiscutibles de la tauromaquia, taquilleros y seguidos con fervor en
nuestro país. Bien ganada tienen su reputación y la fascinación que despiertan
en México.
Sin embargo su
ausencia del coso taurino más grande del mundo no significó un descenso
considerable de público o atención mediática a la temporada grande.
La corrida celebrada
el domingo 1 de diciembre del 2013 en la Plaza México donde alternaron tres
figuras mexicanas, Arturo Saldívar, “Joselito” Adame y Diego Silveti reflejó
perfectamente el interés que han despertado los toreros nacionales en el
público mexicano.
La México llena como
en los viejos tiempos, con la expectación de ver a toreros mexicanos únicamente.
No se trata de una
guerra de hispanistas contra mexicanos en el mundo de los toros. Pero para la
fiesta mexicana y la baraja de artistas nacionales dedicados a la tauromaquia
resulta positivo que existan ídolos, leyendas, toreros con arrastre.
Probablemente no
tenemos en la actualidad a un torero volcánico como el gran “Manolo” Martínez.
Un mandón indiscutido, con su personalidad. Son zapatillas que no se llenan con
facilidad.
O un torero que
embelese y transmita artísticamente como lo hizo David Silveti, quien unos
meses antes de quitarse la vida, se dio el lujo de regresar a la México con
todo y sus rodillas desechas, incólume se alzó como el gran triunfador de la
temporada grande, última en la que participó.
Los toreros mexicanos
que se han consagrado ya, tienen todo por delante. Son figuras, figuras
jóvenes, que han triunfado en España, han templado y aprendido en la madre
patria, derrochan clase, imaginación, pasión, arte y emoción.
Pero también irradian
por los cuatro puntos cardinales de su ser: Escuela.
Al frente de todos
ellos aparece “Joselito” Adame. El hidrocálido comanda a una generación de
toreros mexicanos que tienen una muy depurada técnica y que en las plazas de
España consolidaron y cuajaron como figuras.
Toreros que podrían
ser considerados por el ojo de los que vieron a las “aves de tempestades
antiguas” como atemperados. En lo absoluto, su lozanía, su juventud les
permitirá más adelante causar incendios mayores, por ahora su éxito es
indiscutible.
Son toreros del mundo,
no son caseros. En España han dejado en claro que la dicotomía de los toreros
no es de españoles y mexicanos. Es de buenos y malos, tan simple como eso.
La Plaza de Toros el
“Relicario” ha preparado tres corridas sin desperdicio en el marco de la Feria de
Puebla 2014.
Para el viernes 2 de
mayo, ocho de Villa Carmela para Rafael Ortega, Arturo Macías, Octavio García y
Juan Pablo Sánchez.
Por último el 5 de
mayo, seis de San Isidro para Eulalio López “Zotoluco”, Julián López “El Juli”
y Sergio Flores.
Se había anunciado la
presencia de la ganadería de Xajay para la primera corrida, aparentemente una
pelea entre los toros destinados al festejo dejó muy heridos a dos de ellos, y
se optó por presentar en todas las corridas astados de la misma ganadería.
Los toros no tienen
palabra de honor, pero resulta que son la materia prima de los artistas del
ruedo. Tema aparte, los toreros mexicanos viven un gran momento, pero las
ganaderías y la seriedad de los empresarios en dicho aspecto dejan mucho que
desear por momentos.
Imponderables los hay
siempre, ojalá que podamos ver buenas corridas y que la lluvia que se ha hecho
presente en la angelópolis en los últimos días nos deje durante la noche del
viernes disfrutar de la más bella de todas las fiestas.
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