Por Leopoldo Aguilar
Las distancias en el futbol mundial
son un reflejo de las distancias que se tienen a nivel social, cada día hay
ricos más ricos y el número de pobres se incrementa por todos lados, el deporte
y en específico el futbol vive esa misma realidad.
Cuando ve uno caminar, literalmente
caminar, a equipos como el Barcelona, como Real Madrid, como el Bayern Munich y
sin duda el PSG en Francia, uno tiene que reflexionar sobre la caducidad de las
competiciones locales en Europa.
Cada año, con cada temporada que
pasa, las distancias entre estas súper poderosas organizaciones se hace más
grande con respecto a los demás equipos de sus ligas. Hoy en día han dejado de ser
competiciones parejas como antaño.
Muchos podrán decir que grandes
siempre han existido, sin duda y esa es una realidad en cualquier punto, pero
si existía una menor diferencia que permitía esta posibilidad y característica
del espectáculo deportivo que indispensable: El drama narrativo dentro de un encuentro.
Esa posibilidad de que durante el
desarrollo de un partido exista la posibilidad de que un rival le gane al otro,
hoy en la mayoría de los encuentros de las ligas locales europeas la única duda
es por cuántos goles va a ganar ese equipo.
Eso resta emoción, expectativa,
hasta ilusión en los encuentros, el aficionado empieza a resignarse a “no
perder tan feo” , a alegrarse por “derrotas honrosas” porque las diferencias
entre planteles es de 8 ó 10 veces entre un equipo y otro.
Es momento de analizar aquella
propuesta, que no es la “Champions” actual, donde pasa lo mismo en rondas de
grupos con partidos infumables, con
rivales que salen a meterse en una portería, que al final se pelean por
intercambiar con la playera del rival y a pedir fotos y autógrafos para sus
parientes.
El hacer una Superliga Europea debe
contemplarse como una opción, ¿qué pasaría si estos 16 equipos que han llegado
a la fase de octavos de final de la Champions se tuvieran que enfrentar cada
ocho días?
De inicio podríamos ver partidos
atractivos y parejos con mayor frecuencia, de todas maneras habría equipos
grandes, medianos y chicos en un circuito que obligaría al incremento del nivel
futbolístico de equipos como la Roma, el Arsenal, el PSG que existen de
sobrevivir en sus ligas locales y de meterse atrás con equipos como Barcelona,
Real Madrid y Bayern Munich.
Los aficionados exigirían competir
con esos equipos de manera digna, yo no veo a un aficiona de Arsenal o de
Juventus conformarse con ver a su equipo cada ocho días metido en su arco
defendiendo un 0-0. Porque el aficionado que una vez al año ve a su equipo así
pues le da poca importancia y justifica.
Se terminarían los hechizos de
equipos como el PSG con 25 puntos de ventaja en Francia, pero que sale con un
pánico a la fase de eliminación directa de la Champions, pero sobre todo
veríamos partidos de alta exigencia para equipos como Barcelona, Real Madrid y
Bayern Munich que en sus ligas locales se cansan de meter goles, de romper
récords que hasta pierden valor y que solamente ayudan a que se vendan como
dioses a jugadores y proyectos que ante la nula competencia caminan en sus
triunfos y sus récords
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