Antonio Abascal
El debut del Puebla de la Franja en el Apertura 2011 no pudo ser mejor para sus intereses. El viernes, perdió Estudiantes, el sábado, Tijuana debutó en Primera División con una derrota ante Morelia; el equipo de Sergio Bueno enfrentaba en calidad de visitante al Atlas, otro de los rivales en la tabla de cocientes, por lo que los tres puntos eran fundamentales.
El triunfo ante los Rojinegros significa ser capaces de ganar como visitante, cuando todo el torneo pasado no se hizo, sumando un empate y 7 derrotas. Pero también es un gran salto en la tabla de cocientes, porque ahora, los Camoteros sacan 7 puntos a la otrora “Academia” y 14 a Estudiantes, sin hablar de Tijuana cuyo porcentaje es muy volátil.
Lo que vimos del Puebla invita al optimismo. Algunos consideran que se dio una buena imagen por la debilidad del Atlas, pero más allá de reconocer que habrá que observar a los Camoteros ante rivales más exigentes, también es cierto que fue el Puebla quien dictó las condiciones del encuentro: Le robó la pelota al conjunto de Romano, le obligó a dividir el esférico y siempre que tuvo el balón en su poder jugó con criterio para hacer daño.
Ningún equipo tuvo tantos refuerzos como el Puebla, pero el sábado esa situación no se notó. Se vio a un equipo amalgamado, una escuadra con automatismos y una estrategia definida y las tres cualidades hablan de mucho trabajo por parte del técnico.
De los refuerzos, el español, Luis García Sanz, en 67 minutos demostró que puede ser muy importante para el Puebla, ya que su nivel es superior al del futbol mexicano. El ex del Barcelona y Liverpool, se mostró con mucha movilidad, con facilidad para disparar al marco y su desplante en el penal también dice mucho de un futbolista con calidad. El central, Diego Cervantes, uno de los que más dudas despierta, jugó a gran nivel e incluso le dio salida al equipo. Aldo Polo cumplió en el lateral derecho, al igual que Jaime Durán por la izquierda.
La contención rayó a gran nivel con Alan Zamora y Gonzalo Pineda. DaMarcus Beasley mostró con un gran despliegue físico, aunque le faltó mayor claridad, lo mismo que a Lucas Silva, quien además fue expulsado. Gabriel Pereyra también estuvo a la altura de las circunstancias.
Mario Rodríguez, en la portería, y Roberto Juárez, en la central, fueron poco exigidos, pero cuando se les requirió cumplieron, aunque Juárez deberá controlar más su ímpetu ya que el árbitro le perdonó una segunda tarjeta amarilla.
De los hombres de refresco, Duvier Riascos quedó a deber. Un refrán dice que: “En la forma de coger el taco, se sabe quien es tragón”, pues bien su falla frente al marco rojinegro no le deja en un buen lugar, y además fue incapaz de retener la pelota.
Sin lugar a dudas, fue un buen inicio, ojalá que las buenas sensaciones que el Puebla comunicó no se queden en una llamarada de petate, sino que se pueda confirmar y mejorar el nivel que se mostró ante la escuadra de Romano, porque si eso sucede, los Camoteros estarán en condiciones de pelear por un lugar en la liguilla y dejar de pensar en la tabla porcentual.
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