CLAUDIA LÓPEZ TORRE.
El pasado fin de semana el fútbol mexicano volvió a ser protagonista,
pero no precisamente por las razones que muchos esperaban. La Selección
Nacional enfrentó dos partidos amistosos de preparación rumbo al Mundial 2026:
el primero ante Colombia el sábado, y el segundo frente a Ecuador el martes.
Dos pruebas que, más allá del marcador, dejaron en claro que el panorama sigue
siendo complicado y que la ilusión que los jóvenes nos dieron, aunque sigue
viva, necesita mucho más que buenas intenciones para volverse realidad.
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UDEGTV |
El primer duelo, disputado ante Colombia, fue un golpe de realidad, el marcador final de 4-0 no solo reflejó la diferencia en el resultado, sino también la distancia futbolística entre ambas selecciones. Colombia, con una generación que ha crecido notablemente en los últimos años, mostró ritmo, potencia y entendimiento; mientras que México se vio superado en todas las líneas https://www.youtube.com/watch?v=rtGVQX3mwKs&t=1s. Fue un partido que terminó justo después de la eliminación de la Sub-20 mexicana ante Argentina en los cuartos de final del Mundial de la categoría, y en ambos encuentros quedó un sabor amargo, el de reconocer que México sigue sin encontrar la fórmula para competir al más alto nivel.
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Quadratín Guerrero |
Días después, la selección mayor empató 1-1 contra Ecuador en otro amistoso que sirvió más como alivio que como esperanza https://www.youtube.com/watch?v=E3nChiirskk. Sí, se mejoró un poco la imagen, pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿realmente está México preparado para enfrentar el reto que significa ser anfitrión en 2026?
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Mundo Deportivo |
Porque, siendo sinceros, a estas alturas ya no se trata de culpar a los jugadores ni a los entrenadores, la realidad es más profunda y tiene raíces en la estructura del fútbol mexicano. Los jugadores dan lo que tienen, y los técnicos trabajan con la materia prima disponible, pero cuando el sistema no produce lo suficiente, cuando las oportunidades son escasas y el desarrollo de talento se estanca, los resultados no pueden ser distintos.
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POSTA DEPORTES |
México no carece de talento. México carece de oportunidades. Basta mirar a Colombia o Argentina para entender la diferencia, en Sudamérica, los jóvenes futbolistas no solo debutan temprano, sino que desde niños se les forma con mentalidad competitiva, con roce internacional y con espacios para equivocarse y crecer, lo que hace que se vayan a temprana edad a grandes clubes en Europa y no solo eso, si no que generalmente se vuelven figuras de dichos clubes. En cambio, en México, muchos talentos se quedan en el camino, atrapados entre los intereses de clubes, la falta de minutos en primera división y la obsesión por resultados inmediatos.
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La Lista |
El ejemplo más claro está en la misma selección Sub-20, donde uno de los jugadores más prometedores, un joven de apenas 17 años, fue anulado por Argentina. No por falta de talento, sino porque enfrentó a una selección que trabaja el futbol desde la raíz, con un proyecto sólido y coherente, y si eso ocurre en las categorías juveniles, ¿Qué podemos esperar en la mayor, frente a potencias que llevan décadas perfeccionando su sistema?
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Marca |
El futuro parece incierto, y aunque hay destellos de esperanza en algunos jugadores que militan en el extranjero o en promesas que comienzan a despuntar, la realidad es que el fútbol mexicano necesita una reconstrucción profunda. No bastan los cambios de entrenador ni los discursos sobre “procesos” o “nuevas generaciones”. Se requiere una Federación que deje de maquillar los problemas y empiece a construir soluciones reales: desde las fuerzas básicas hasta la estructura de la liga, desde la gestión de talentos hasta la apertura de oportunidades para exportar jugadores.
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Enfoque Noticias |
Porque no se puede soñar con competir contra potencias cuando la base está fracturada. No se puede exigir resultados mundialistas cuando no hay continuidad en los proyectos y no se puede pedir milagros a una generación que no ha tenido el tiempo ni el entorno para desarrollarse.
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Plano Informativo |
Los amistosos ante Colombia y Ecuador no fueron simples partidos de preparación; fueron un espejo de lo que hoy somos, una selección que intenta, que lucha, pero que necesita más de fondo. El Mundial 2026 se acerca, y México no puede conformarse con ser un buen anfitrión, debe aspirar a competir y a dejar huella, pero para lograrlo, hay que empezar por lo más importante: creer en el talento nacional y darle las oportunidades que merece.
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MundoNOW |
Porque el fútbol mexicano tiene corazón, pasión y afición. Pero sin visión, sin estructura y sin compromiso real, ese corazón late en vano.
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AS México- Diario AS |
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